viernes, 28 de agosto de 2009

En busca del Principito - Parte III - Sahara Nights


Listen to the wind
Bringing into your ears
Music from afar
You may hear the sounds
Of a tribal dance
Coming from the sand
In the desert fields
Fever's so high
Makes me wanna shout
Sahara night

F.R. David- Sahara Night


Esta canción de FR David me dio vueltas todo el tiempo mientras íbamos al Sahara, mientras estaba ahí y cuando volvía...y ya no puedo separar esa canción de ese día.



Como contaba en mi post anterior, terminamos de cenar y nos subimos a unas camionetas que nos llevaron al desierto. Ya estaba nublado y me dio pena que no pudiéramos ver las estrellas justo esa noche, sin ninguna luz cercana. Literalmente el silencio te envuelve, es como salir a la nada de la Historia sin fin, un agujero negro sin principio ni final.
Nos detuvimos donde dormiríamos, las tiendas que en realidad se llaman vivacs tienen paredes de arcilla y techo de tela de piel de camello, oscura y pesada.
En el camino, Jorge vio un gerbo corriendo, la extraña rata del desierto, pero yo me la perdí

Uno de los vivacs era abierto y nos reunimos con Sandrine y los hermanos Tuaregs a tomar un té antes de ir a dormir, en verdad estábamos muertos. Pero antes les preguntamos por dos cosas que siempre nos habían intrigado: 1. Las tormentas de arena y 2. Serpientes y escorpiones, con lo cual nos respondieron: 1. las tormentas de arena como las conocemos solo se ven en la películas, sí en la época del Sirocco, la arena puede llegar hasta las islas Canarias y 2. Los animalitos solo salen de noche cuando hacen 50 grados a la sombra, pero no está de más revisar los zapatos por la mañana antes de ponérselos.


"Un poco" mas aliviados, fuimos a dormir. Obviamente no teniamos luz, salvo un velita que se apagaba por el viento que soplaba cada vez mas fuerte (seguro que no nos iba a tapar una montaña de arena?) el vivac no está cerrado hermetico, el viento y la arena se filtran por tdos lados...

Creo que no tardé ni dos segundos en caer desmayada en el colchón (un colchón en el piso con frazada de pelo de camello) me resultó muy cómodo pero creo que hubiera dormido sobre una cama de clavos también.
Por la mañana bien temprano nos despertaron para desayunar. Ahi notamos que absolutamente todo, incluso nosotros mismos estábamos cubiertos por una fina capa de arena. Y nos fuimos a desayunar a otra tienda. Nos habían preparado un desayuno riquísimo (y lo mismo pensó un ratoncito que pasaba por ahí)


De izquierda a derecha: Jorge, yo, Moulud, Mohammed, Mokhtar y Sandrine

Luego de desayunar, nos separamos de Sandrine, se iba a pasar 5 (cinco!!) días al desierto. Nosotros fuimos a dar un paseo más corto de 3 horas en camello. Con el camello nos adentramos bastante y fuimos a una zona de dunas altas. Las dunas parecían un mar de arena, de tan fina que era. Había mucho viento y hacía mucho calor. Es imposible andar por ahi sin turbante o algo con qué cubrirte la cabeza y la cara. La arena se mete por todos lados, y creo que por varios días sentí que la seguía masticando. Los camellos (eran dromedarios ya que tenían una sola joroba, pero para la gente de ahí, con una o dos jorobas son igualmente camellos) caminan despacio y al no tener silla de montar ni estribos, solo una manta, el viaje puede hacerse un poco incómodo. Jorge bajó y prefirió caminar un rato con nuestro guía, me causaba mucha gracia escucharlos hablar de futbol y de Messi. Mi camello llevaba las mochilas y las viandas en dos canastos que tenía a los costados y de vez en cuando, alguna botella vacía que nuestro guía encontraba tirada y recogía, indignado de que alguien pudiera ensuciar el desierto.



Al mediodía se fueron las nubes, y empezamos a sentir el verdadero calor del desierto, por suerte estábamos llegando al lugar donde almorzaríamos, una tienda mas grande que la que usamos para dormir y toda de tela. Había alfombras en el piso y dos camitas. Increíblemente adentro estaba fresco, el truco consiste en hacer ventanas a diferente nivel de modo que las diferentes presiones del aire, hagan que éste circule (hasta las termitas aplican este principio). Comimos una ensalada marroquí que es igual a nuestra salsa criolla, pero sin vinagre, y luego nos tiramos a dormir una siesta. Los camellos quedaron bajo el sol recalcitrante, a ellos no les afecta, salvo que algunas veces les ocasiona sinusitis y se agusanan (mejor no entrar en detalles) Fue un ratito de siesta, pero nos vino muy bien. Afuera seguía haciendo calor y nuestro guia y su ayudante nos invitaron a tomar un te a su carpa, y al fin pudimos ver una verdadera tienda donde viven los tuaregs.En un momento les preguntamos cómo se orientaban, ya que las dunas suelen moverse. Y para nuestra sorpresa no dijeron "Por la noche, con las estrellas" (!!) increíble. Durante el día se orientan por algunos puntos fijos, algún pozo por ejemplo.




Después de tomar el té, salimos a pasear por las dunas (había algunas muuy grandes) un rato y emprendimos el regreso...otras 3 horas a camello!!! mejor ni cuento cómo terminaron mis asentaderas. Pasamos por varios grupos de tiendas de Tuaregs y en un momento nos detuvimos porque el guía quería saludar a su tio. Esperamos hasta que de una de las tiendas salió un hombre que me hizo pensar que yo en realidad, estaba en una película. Tunica azul y dorada, Turbante azul, barba muy negra, al igual que los ojos y un gran colgante de turquesa y metal colgado al cuello. En su mano lucía un anillo también grande de los mismos materiales, el hombre era imponente y realmente me impactó el hecho de ver un jefe de clan al igual a como habría sido cientos de años atrás.

Estoy segura de que en algún lugar, muy cerca, él nos estaba observando...



El regreso fue cansador, nos cruzamos con otros guias y sus camellos, más basura tirada por ahi y finalmente llegamos con la puesta del sol a M´Hamid, casi camuflada en el desierto. Dejamos los camellos y volvimos a la casa de nuestros amigos a cenar, Cenamos solo con Mokhtar, brochette de camello (es una carne fuerte y dura), charlamos con los chiquitos y nos fuimos a un hotel (horrendo, la tienda del desierto es mucho mas limpia y cómoda je) ya que al día siguiente a las 6hs salia nuestro micro para Marrakech, diez horas de viaje y de ahí, otras 10 horas en tren (nocturno por suerte) hacia Tánger, enganchar con el ferry que ya teníamos pasajes, a Algeciras y tomar un micro para volver a Sevilla...toda una travesía, pero qué Travesía!!!

1 comentario:

  1. Thanks for your comment and I am glad you liked Lisbon.
    Yes, I was born in Lisbon and lived there until I was 21. I love it and miss it a lot, even though I visit every year.

    Distance does that to you-anchors everything a lot deeper in the heart :)

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